Apenas nombrado Secretario de Educación
Publica, Emilio Chuayffet diseño una estrategia para diagnosticar el
verdadero estado de la educación en el país, para esto contó con un
excelente grupo multidisciplinario que lo ayudo en tan dura tarea, este
conjunto lo conformaban padres de familia, maestros, trabajadores
manuales, operadores de centros educativos, y educandos; esta vez no
quiso desperdiciar recursos invitando a los mismos letrados que año con
año elaboran impresionantes mamotretos que siempre dicen los mismo.
Tampoco llamó al siniestro SNTE,
sobretodo por las diferencias que había tenido en años anteriores con la
dueña de este sindicato; nunca convoco a la no menos funesta
organización Primero México, debido a sus fuertes nexos con ciertos
grupos empresariales; el experimentado político quiso probar otros
caminos, mas serios y comprometedores.
Lo primero que encontró en su recorrido
fue que en su mayoría los planteles escolares son edificaciones tan
irregulares como lo es una ciudad perdida, escuelas donde no hay
escuelas, salones sin edificar, paredes que no existen, techos que solo
aparecen en los impresionantes informes oficiales; estos lugares
ubicados en la mayor parte de los estados de la republica es donde los
maestros imparten sus clases, es decir cuando pueden y como pueden. Lo
mas sorprendente es que de estos sitios es donde se emiten los datos que
mas tarde conforman las estadísticas nacionales.
El secretario no dejo de salir de su
asombro cuando pregunto a los maestros como es que trabajan si no
existen las condiciones mínimas para llevar a cabo su función, la
respuesta fue muy sencilla, la participación de los padres de familia
hace posible que podamos cumplir con nuestro trabajo, ya que son ellos
los que de verdad acondicionan las escuelas, los que a través de su
participación económica o en especie consiguen que la educación sea hoy
en pleno siglo veintiuno una realidad que choca con los elegantes
estudios y recomendaciones hechas por los no menos presuntuosos
especialistas; años van y años vienen, compromisos que se firman pero
que nunca se cumplen; el asombrado secretario Chuayffet no salía de sus
asombro.
Al termino de su recorrido fue cuando se
dio a la tarea de proponerle al presidente Peña la Reforma a la
Educación que hoy conocemos, incluyente por supuesto, socialmente
responsable, donde se eliminan las cuotas y la participación de los
padres de familia, para que ahora si el estado cumpla con sus
obligaciones; primero adecue, remodele y garantice que la impartición de
clases se hará dentro de las normas mas estrictas; en el caso de los
maestros estos contaran con los apoyos suficientes para cumplir
cabalmente con su compromiso.
Pero algo sucedió en el camino porque en
el Reformón no hallamos nada de lo que en teoría el secretario debió
conocer antes de emitir su elegante documento, donde los únicos
responsables de que no se cumpla con esta obligación constitucional, son
los maestros, como siempre y como afirman los famosos locutores
televisivos, ellos son quienes con su mal comportamiento tiene al país
entero en la miseria; ¿será verdad tanta belleza, y los maestros son la
causa de tanta miseria?
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